miércoles, enero 20, 2010



OM, QUERIDA MEINTJE, OM.
Esta palabra lo significa todo:
Lo que fue, lo que es y lo que será.

Hola Meintje: Hoy te recordamos bailando. Otra vez envueltas en los colores del arco iris, con ajorcas tintineantes y la íntima felicidad de constatar que la muerte, con ser la Muerte, no logró deshojar tu sonrisa, ni callar el tambor, ni detener la danza.
Por eso nos verás patear el suelo con más pasión que nunca. Celebramos verte florecer en nosotras con tu disciplina y alegría. Celebramos haber perdido el temor al olvido. Ya puedes ver como estás inscrita en todos los circuitos del corazón y las neuronas de quienes aprendimos de ti esta manera sagrada de contactarnos a la tierra y al alma, a las ondinas, al elefante y la piedra verde y al recuerdo de Udai.
Es el nombre de un lugar me respondiste cuando, toda transpirando, te pregunté quién era Udai.
¿Por qué esa dulce tristeza de la música? Era muy bello murmuraste ya aburrida de mi insistencia. Como ves yo no olvido ni aun los misterios que movilizaban tu creatividad. Quizás en esta encarnación aun llegue a conocer Udai.
Cuando nos enseñaste el Hith Vétena todo lo que explicaste como base de tu obra fue su relación con la experiencia de haber ido y vuelto triunfante del mundo del sufrimiento y ser un baile para mujeres grandes.
A pesar de mis limitaciones, haber logrado participar en esa, tu última creación, me sigue produciendo un hondo sentimiento de poder enfrentar y trascender la adversidad. Aprovecho de agradecerte una vez más tu paciencia con mis alegatos y refunfuños por la dificultad serpentina de esa danza.

Es conmovedor contemplar el semillero de mujeres jóvenes evolucionando a través de la disciplina que les entregaste, atesorando tus danzas y creando nuevas formas de expresarlas. Catalina Vidales y Lucía Tobar han asumido como forma de trabajo y de vida el Kandyan Dance. Saldrán adelante las observo evolucionar y profundizar tu enseñanza y agrupar a quienes quedaron sin tu guía.
El jardín vibra al unísono de los "domikite" y desde algún encantado rincón de tu alma, hoy nos dejas caer sonrisas, mariposas, luceros azules, sueños ondulantes enredados en la visión de un universo de poesía, música y danza donde al fin alcanzaremos a desarrollar la ciencia de la humanidad.
No es pequeño trabajo enriquecer el mundo a través del arte. Es aprender a vivir la vida en otro ritmo y eso tus alumnas lo estamos realizando ancladas a tu recuerdo.
Francisca Bertoglia